martes, 3 de agosto de 2010

- Capítulo 9 - Michelle y Nebiros (Parte 1)

Sec, sec, sec, sec... —repetía Felix, siguiendo el ritmo del reloj de pared que descansaba sobre la puerta del aula, en la cual tanto el chico como su compañero Ethan escuchaban a su profesora de Lengua.

Ya había pasado un día desde el rescate de Michelle, quien, infectada por el “Lagune” Syndrome, viajó a la zona y estuvo a punto de convertirse en un Corrupted. La chica había sido rescatada por Felix, quien logró vencer a su contraparte con una descabellada estrategia pensada en el último minuto.

Felix se encontraba muy nervioso. Tal vez más de lo que debería. El principal causante había sido un simple mensaje de texto, proveniente de James, que leía:

—La chica Rivers ha despertado. No salgas de clase. –James. —pese a que Felix había olvidado por un momento que “Rivers” era el apellido de Michelle, no tuvo que revisar el mensaje dos veces para dar por hecho que se trataba de ella. La costumbre de James de llamar a todos por sus apellidos era característica, como una firma, que le definía y resaltaba su seriedad.

Sec, sec, sec… —seguía el chico, sin apartar la vista de la manecilla más pequeña. Ethan, quien se encontraba sentado a su lado, sólo le miraba con una apática expresión.

—Bien, alumnos, al parecer hemos terminado temprano. —anunció la profesora, dando por terminada la clase. Felix se apresuró a tomar su mochila, pero la maestra le detuvo—: No, Sr. Flynn, aún no podemos dejar el aula. Podéis leer, estudiar, o conversar, siempre y cuando sea en silencio.

Felix dejó salir un bufido y continuó contando los segundos, en profundo aburrimiento.

—¿Me prestarías tu bitácora, F? —pidió Ethan, tendiéndole la mano. Felix, saliendo de su ensimismamiento, buscó en su mochila el delgado cuaderno negro. Tras encontrarlo, se lo dio a Ethan sin siquiera mirarle.

Sec, sec, sec… —continuó, con el brazo sobre la mesa y la barbilla sobre éste.

—¿Corrupted común y alado? ¿Es todo lo que tienes? —preguntó el rubio, cerrando la bitácora de golpe.

—Ajá…

—Qué nombres. A este paso, nos vamos a confundir. ¿Cómo llamarás al Corrupted en el que Michelle se transformó? ¿Corrupted pulpo?

—Calla, estoy ocupado.

—Recomiendo que lo cambies. —sugirió el chico, dejándole el cuaderno sobre la mesa. Felix ni lo miró.

—El primero se llamará grasshopper (1), entonces. El segundo, birdie (2). ¿Te parece?

Hopper me gusta más. Ya le encontrarás nombre al otro. —tras decir esto, Ethan se sumergió en su libro de literatura.

—Creí que eras de ciencias… Sec, sec, sec…

—Lo que sea para no escuchar tus “Sec”. Me quedaría más conforme si cambiaras a “min”.

—Sólo quedan seis minutos. No sería divertido.

—¿¡Te parece divertido esto!? —reclamó.

—No.

Ethan dejó escapar un gran suspiro antes de meter la cabeza en su libro. Felix, ajeno a todo lo demás, siguió contando los segundos.

Sec, sec, sec...

—F… ¿Podrías por favor guardar silencio? —pidió Ethan, sin apartarse de su libro.

¡Secsecsecsecsecsecsecsecsecsecsecsec! —repitió el chico, con toda la intención de ser molesto.

—…al infierno… —musitó el chico. Acto seguido, alzó la mano y llamó—: ¡¡Profesora!!

—¿Sí, Sr. Parker?

—¿Podemos salir Felix y yo? Asunto del PP.

—¿Eh? —expresó F, extrañado.

—Adelante. —respondió la profesora, señalando la puerta. Ethan se apresuró a guardar su libro en la mochila, para luego echársela al hombro. Sin que su compañero pudiese reaccionar, le pasó el brazo por el tirante de su propia mochila y le levantó de la silla de un tirón, no sin antes ponerle la bitácora de Corrupted’s entre sus manos. Sin poder despedirse o agradecer, Felix tuvo que salir del aula, pues Ethan no dejaba de darle empujones.

—¡Ethan, James dijo que no debíamos salir…! —reclamó el chico, una vez ambos estaban en el pasillo, rumbo a la enfermería.

—Sus órdenes me las paso por… —Ethan hizo ademán de llevarse la mano a la entrepierna, pero se detuvo al ver que un profesor caminaba por el pasillo. El chico se puso la mano en la cabeza lo más rápido que pudo, y saludó con un nervioso “Buenas tardes”.

—¿Pero… no es él el líder? —inquirió Felix, una vez se quedaron solos de nuevo, un poco sorprendido por el comentario de su compañero.

—Podrá ser el hijo del director, podrá haber conseguido su Psique a los once años, podrá ser fundador del PP de nuestra generación… Pero nadie le ha nombrado líder.

—Creo que esas son razones suficientes para suponer que… —iba a decir Felix, pero Ethan le cortó:

—Calla, Felix.

—P-Pero…

—Calla. Felix.

—Vale, vale… Pero el que se pica, ajos…

—No me gusta el ajo. Ni lo pienses.



Ni siquiera había sonado la campana cuando ambos chicos llegaron a la enfermería. Después de todo, apenas habían recorrido un pasillo. Ethan le dio una leve palmada a Felix en el hombro, para después dejar el edificio escolar por la puerta principal, a unos metros de distancia.

Unos segundos más pasaron, y un alargado Ring dio por finalizadas tanto las clases como la semana escolar. Felix dejó su mochila en el suelo y se sentó sobre ella, esperando no ser un estorbo para los alumnos que recorrerían los pasillos dentro de unos instantes.

Pensándoselo mejor, Mike y Samantha probablemente tardarían, pues era ya fin de semana, y debían revisar bien sus pertenencias. Así que Felix decidió abrir la puerta a la enfermería y entrar.

El lugar estaba tan reluciente como siempre. Los dos escritorios, del doctor Robinson y su enfermera, estaban vacíos. Todas las cortinas, que hacían a la vez de paredes y limitaban las camas, estaban completamente corridas, impidiendo ver las susodichas.

—¿Quién es? —preguntó una voz, que Felix reconoció como la del médico Robinson, proveniente de la primer cama de la derecha, en la cual Michelle había descansado el día anterior.

—Felix. —respondió, dejando sus cosas junto a la puerta—. Ah… ¿Michelle pasó la noche aquí? Tengo entendido que…

—¡F! ¡Felix! —exclamó una voz femenina, proveniente de su derecha. Casi de inmediato, unos afectuosos brazos le rodearon el cuello.

—¡A mí no me saludaste con tanto entusiasmo! —reclamó alguien, desde el mismo sitio de donde había salido la chica.

Felix reconoció de inmediato a Michelle y a Mike por sus voces. La presencia de Mike no le extrañaba en absoluto, pues solía desobedecer órdenes, pero el hecho de que Michelle se encontrara tan activa le había tomado por sorpresa. Después de todo, esperaba verla, cansada, recostada en la cama. Se sintió avergonzado al darse cuenta que eso significaba que la chica era más fuerte de lo que él había sido.

—Eh… Ah… ¿H-Hola? —balbuceó.

—Acaba de despertar después de haber sido salvada de las garras de las criaturas de un universo desconocido gracias ti y tus maravillosos poderes de otro mundo… ¿Y todo lo que puedes decir es “Hola”? —se burló Mike, dándole una palmada en la espalda mientras pasaba caminando. El chico se sentó sobre un escritorio, y le guiñó el ojo a su compañero, en un gesto muy digno de él.

—N-No-No sé… Ah, eh… ¿Michelle? Eh… —Felix iba a pedirle que le soltara, pero le pareció demasiado rudo, por lo que le devolvió el gesto.

De pronto, la puerta de la enfermería se abrió una vez más. Debido a que Felix le daba la espalda, no supo quién había entrado… hasta que se pudo escuchar:

—Ah, ¿salen juntos? —preguntó Samantha.

—¡No! —negó Felix—. Esto es… un abrazo de…

—De agradecimiento. —aclaró Michelle, sonriente, finalmente soltando a Felix.

El chico miró extrañado a su compañera. Un poco sorprendido por lo que había dicho, y por lo que Mike había comentado hacía unos segundos, le preguntó a su amigo:

—¿Le habéis contado ya?

Como respuesta, el doctor Robinson y el director Reynolds corrieron la cortina que los separaba del grupo, invitando a los chicos a que les pusieran atención.

—Michelle es consciente de todo lo que ha sucedido mientras estuvo infectada. —explicó Reynolds.

—¿Cómo? —preguntó Felix, escéptico. Instantes después, se giró hacia Michelle y le dijo—: ¿De verdad? —la chica asintió con la cabeza—. Wow, eres asombrosa.

Michelle se ruborizó y le dedicó una sonrisa a Felix.

—Bueno, bueno… ¿Quién sería tan amable de comenzar a explicarle todo a Michelle?

Con ayuda de sus amigos, Felix se preparó para aclarar todo lo que le habían comentado hacía dos semanas, y más.



Tras haberle explicado todo a Michelle, quien había aceptado todo fácilmente, al ya haberlo vivido, Felix y Mike acompañaron a la chica a la cafetería. Robinson y Reynolds se habían quedado hablando sobre la transferencia de Michelle al dormitorio y la beca que conllevaba, mientras Samantha había decidido acompañar a su hermano Ethan.

—¿Qué dices, F? ¿Tiene aguante? —preguntó Mike, señalando a Michelle con su tenedor, del cual colgaba un chorreante trozo de carne con salsa. El trío se encontraba en una mesa para cuatro, ya comiendo distintos alimentos.

Felix se sintió repentinamente irritado ante el comentario de su amigo. Había sido como le hubiesen ofendido a él, como si Mike hubiese cometido un crimen grave que mereciera la más grande de las condenas. Enfurecido, escupió inconscientemente el refresco que tenía en la boca hacia un lado, formando un charco en el suelo, antes de contestarle a Mike:

—¿¡Que qué!? —la exclamación salió en forma de grito, lo cual atrajo las miradas de algunos curiosos. Felix golpeó la mesa con los puños cerrados, antes de ponerse dramáticamente en pie. Mike le miró con una mezcla de curiosidad y ligero temor.

—F... Creo que Mike se refería a... mi aguante en la zona. —aclaró Michelle, avergonzada y cabizbaja.

—Oh. —respondió el muchacho, quien ya había tomado a un asustado Mike por el cuello de su camisa. Le soltó inmediatamente, no sin antes acomodarle el saco a manera de disculpa. Apenado, volvió a tomar asiento.

—Yo no sé qué pasa con ese espíritu sobreprotector que tienes últimamente. —le dijo el joven, relajado y como si nada hubiera sucedido. Felix se sonrojó al pensar en la razón que tenía Mike.

—E-Es porque rescaté a Michelle… E-Es mi de-deber protegerla y darle una bu-buena impresión del PP… —balbuceó, alejando la mirada de sus compañeros. Tal vez si no tocaba el tema, y lo apartaba de sus pensamientos, simplemente lo olvidaría y lo dejaría atrás.

—En ese caso no te molestará acompañar a Rivers a su primer misión, ¿no? —dijo una voz, que reconoció como la de James, a sus espaldas. Aparentemente iba con unos amigos de su clase, que se habían adelantado y ahora le esperaban en una mesa cercana. El chico llevaba una guitarra acústica en su funda colgada de la espalda, algo que sorprendió un poco a Felix, pues no estaba enterado de que James tocaba un instrumento.

—¿Primera misión? ¿Hoy? —inquirió Mike.

—Rivers está más que lista. Su condición como un Reverted le dio una condición física increíble. No me sorprendería que pudiera quedarse en la zona el doble de tiempo que nosotros. —explicó el joven—. ¿Y bien? ¿La acompañarás?

—¿Yo? —preguntó Felix, incrédulo—. ¿Por qué?

—Porque os lleváis bien. —contestó el chico, únicamente, como si fuese obvio.

—Mike la conoce desde antes, y lleva en el PP más que yo. —señaló Felix, mientras le daba un trago a su refresco.

—Bueno, tú has luchado con alguien con “Lagune” Syndrome, que además era un Reverted. —acto seguido, James se acercó hasta quedar lo suficientemente cerca para que sólo Felix le escuchara—. Y estoy segurísimo de que Johnson no le gusta, además.

Por segunda vez en el día, Felix escupió su bebida.



—¿Qué te ha dicho?

—Nada.

—¿Qué te ha dicho?

—Nada.

—¿¡Qué te ha dicho!?

—¡Que nada!

Mike y Felix discutían sobre el comentario de James durante la hora de la comida. El primero estaba curioso por saber qué había hecho a F escupir su refresco de nuevo, pero éste se negaba a aclararlo. Michelle, quien les acompañaba, parecía disfrutar con la supuesta pelea de los muchachos. Una sonrisa se hallaba dibujada en su rostro desde que habían dejado la cafetería.

—Te ha dicho algo.

—Me ha dicho que eres un idiota, ¿vale?

—F… Mike… —comenzó a decir Michelle.

—¿A quién llamas idiota, idiota? —reclamó Mike, haciendo caso omiso a Michelle.

—¡A ti y a tu madre, cabrón! —insultó Felix, irritado.

—¿Felix…? —continuaba Michelle.

—Oohjojo, con mi madre no. Con mi. Madre. No.

—Ah, vale, ¿prefieres a tu padre?

—Chicos…

—¡Nerd!

—¡Idiota!

—¡Debilucho!

—¡Inmaduro!

—¡Caraculo!

—¡Culocara

—¡¡¡Chicos!!! —exclamó Michelle, desesperada. Ambos jóvenes se detuvieron al mismo tiempo, sorprendidos por el repentino grito de la muchacha—. Aquí es.

Felix y Mike contemplaron a su alrededor. Michelle tenía razón: habían llegado a la sección deportiva, camino a su dormitorio, donde James les había encomendado una misión de limpieza a Felix y Michelle.

—Oh, cierto. —expresó Felix—. Michelle, de verdad siento lo de la pelea y todo… Mike y yo no vamos en serio.

—Los mejores amigos pelean para ser mejores amigos. —señaló Mike, dándole un leve golpe a Felix en el hombro.

—Está bien… —restó importancia al asunto la chica.

Los chicos dejaron fluir un agradable silencio entre ellos, roto apenas por el suave sonido de los árboles movidos por el viento.

—El otoño se nos viene encima. —comentó Mike—. Y con eso, el frío.

—Estamos en la playa, lo dudo. —señaló Felix.

—Bueno, es que tú estás acostumbrado a cosas más frías. Seguro que has visto la nieve, ¿no? —dijo Michelle.

Felix asintió con la cabeza, recordando los días pasados en diferentes ciudades, con otras personas… Personas que había perdido. ¿Perdería también a Mike y Michelle? Después de todo, era probable que su familia se mudara de nuevo.

El chico sacudió la cabeza, alejando los pensamientos que frecuentemente le abordaban.

—Bueno, yo me voy, entonces. —se despidió Mike—. Suerte con la misión. No hagáis cosas malas mientras nadie os ve…

—¡Mike! —reclamaron los otros dos al unísono.

—Es broma, es broma. ¡Nos vemos! —tras decir esto, el chico comenzó a caminar hacia el estacionamiento, por el cual saldría para llegar a la sección A de los dormitorios.

Felix y Michelle dejaron que el silencio les cubriera de nuevo, pues no sabían qué decir. Sin articular palabra alguna, la chica le tomó de la mano.

—¿¡Q-Qué ha-haces!? —tartamudeó el joven, nervioso.

—¿No vamos a entrar? Debemos ir al mismo tiempo, me parece.

—Ah… ¡Ah, sí! —Felix se rió—. Cierto, cierto. Vamos, pues.

(Continúa en la Parte 2)


(1) Saltamontes.
(2) Pajarito.

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