domingo, 19 de junio de 2011

Capítulo 17 - Ruptura (Parte 1)

Felix apenas sintió el tirón en su estómago cuando Sammy los sacó a los cinco de La Zona: ella, el mismo Felix, Michelle, Mike y Vince, todavía inconsciente y atado por cadenas de agua. En aquellos momentos, lo único que pasaba por su mente era no levantarse del suelo jamás, dejando que los demás se encargaran de todo, mientras él se esforzaba en concentrar toda la energía de su cuerpo en funciones de reparación.

No obstante, sabía que debía ponerse de pie y enfrentar la situación que se avecinaba. Dentro de nada llegaría la policía local, puesto que alguien ya habría llamado a algún número de emergencia al escuchar todo el alboroto. Y, quién sabe, tal vez algún vecino los había visto al asomarse por alguna rendija entre la cortina y el cristal o por la mirilla de la puerta principal, y había llamado aterrado diciendo que había varios muchachos controlando los cuatro elementos en la calle de enfrente y que le habían destrozado los rosales.

No fue sino hasta que abandonaron la lucha cuando F se dio cuenta del desastre que habían ocasionado. El pavimento había sido arrancado en bastantes lugares, llenando la calle con pozos y montones de piedra de considerable tamaño. Además, algunos de los pilares de roca que Vince había creado no habían vuelto a su lugar y la tierra que había quedado descubierta se había esparcido, formando manchas de color café que resaltaban en el color gris del asfalto y llamaban bastante la atención. Además, los ataques ígneos de Mike habían dejado alguna que otra sospechosa marca de quemadura, mientras que el agua de Michelle había llegado a caer en algunos sitios de la calle, convirtiendo la tierra en lodo y haciendo lucir todo más desastroso todavía.

Por otro lado, estaba la furgoneta que Vince había volteado con un pilar de tierra, el cual, desgraciadamente, seguía allí. Y, desafortunadamente, Felix notó que no era el único auto que había sido alcanzado por los ataques (aunque sí era el que peor había quedado). El deportivo azul donde él se había escondido antes tenía el parabrisas roto y una gran roca ocupaba el asiento del copiloto; la camioneta roja donde Mike se había subido tenía un vidrio estrellado y la puerta abollada; y un auto blanco tenía una gran quemadura en un costado. El único que parecía estar a salvo era otro, más pequeño, del mismo color, aunque seguramente tenía algunos rasguños cubiertos por el polvo que Vince había esparcido por el lugar.

—Uuuy, la que se va armar —cantó Mike, mientras le hacía gestos a Michelle para que lo ayudara a sentarse en la acera. Tras unos segundos de meditación y una casi imperceptible mirada a Felix, la chica decidió sentarse a su lado.

—Seh, para ti —soltó Felix, sin quererlo en realidad. Por alguna razón, ahora se sentía bastante molesto y quería desquitarse con el primero con el que pudiera. Desafortunadamente, esa persona resultó ser su mejor amigo en el colegio—. La culpa es tuya, por haber robado los brazaletes en primer lugar.

—¡Já! —rió Mike, echando la cabeza para atrás. Con una sonrisa orgullosa, añadió—: ¿Culpa mía? Claro, todos me culpáis a mí, como siempre. Pero si alguien tiene la culpa, es él —señaló a Vince con el dedo.

—¿Culpa suya? —repitió Felix, incrédulo—. Déjalo fuera de esto. Él fue afectado por una fuerza externa, así que no tiene culpa de nada.

—Él fue y me acusó con James , y por eso estamos aquí—se defendió Mike. Por un momento, Felix creyó ver llamas en la punta de sus dedos.

—No estaríamos aquí si no hubieses cometido la estupidez de robar tecnología —corrigió Felix, acusándole con el dedo índice. Una vez más, el chico repitió—: Vince no tiene culpa de nada.

—Oooh, ahora le defiendes. No parecías un gran amigo repitiendo que ibas a matarlo, ¿eh? —para ilustrar su enunciado, Mike se pasó la mano abierta por el lado de su cuello, imitando el corte que Felix le había hecho a Vince.

—Eso... no... —balbuceó F, que se había sentido herido y no supo cómo responder.

—¡Olvídalo, ¿quieres, Flynn?! Usa esa boquita tuya para llamar al director, mejor —Mike recogió las piernas y cruzó los brazos encima de sus rodillas, para después hundir la cabeza en el hueco. Para pesar de Felix, Michelle le pasó un brazo por el hombro.

Furioso, le extendió la mano a Sammy, quien captó la indirecta y le dio su móvil de inmediato. Sin agradecer siquiera, abrió la tapa y comenzó a teclear el número. Para comodidad del usuario, el celular reconocía los números y señalaba algunas sugerencias, por lo que el nombre “Reynolds” apareció en cuanto el chico introdujo los primeros dígitos. Felix lo seleccionó y presionó el botón para marcar.

Seguramente se trataba del número de emergencia, pues la voz del director sonó al otro lado de la línea apenas sonó el segundo tono:

—¿Samantha? ¿Qué sucede?

—Soy yo, señor: Felix —corrigió el muchacho.

—¿Felix? —repitió Reynolds, como si se preguntara qué hacía él con el móvil de Sammy. No obstante, pareció ignorar las preguntas e ir al grano, pues continuó—: ¿Ha pasado algo, chico?

—De hecho, señor, sí. No sabría describirlo, pero Michelle, Michael... —Felix dudó sobre si debía llamar a su amigo por su apodo o por el nombre que tanto le desagradaba, pero decidió que de todos modos no estaba de humor para llamarle con cariño, por lo que siguió—: Michelle, Michael y yo hemos sido atacados por Vince.

—¿Vince? ¿Cómo?

—Como lo escucha, señor. Aparentemente, Vince se ha vuelto loco. Es casi como un Reverted. Los Corrompidos le han afectado, seguramente, y se ha lanzado contra nosotros.

Por un momento, Felix creyó que Reynolds reaccionaría incrédulo ante su declaración, argumentando que era imposible para un poseedor de Psique ser afectado por la fuerza mental de un Corrompido y que lo más probable era que simplemente lo habían hecho enfadar. Pero no fue así: como si fuese un caso de todos los días, el director contestó:

—Entiendo, Felix. Dime, ¿ha utilizado sus poderes durante la lucha?

—Sí, señor.

—¿Has visto sus pupilas?

—Completamente amarillas, señor

—¿Y su marca?

—Este... No le he prestado atención, señor.

—Deja de llamarme “señor”, muchacho. Esto no es la milicia. Relájate y respóndeme una última pregunta.

—Sí, se... Quiero decir, sí.

Reynolds pareció meditar sobre qué palabras usar, pues por unos segundos Felix sólo pudo escuchar silencio al otro lado de la línea. Con una voz más profunda y seria de lo usual, como si se encontrara deprimido, el director preguntó:

—¿Le has hecho sangrar? Si es así, dime... ¿De qué color era su sangre?

Felix sintió que le quitaban un gran peso de encima. ¡Reynolds lo sabía! Aunque jamás se los había mencionado, conocía la situación. Había pasado antes, seguramente. Y si había pasado antes, sabía sin duda qué hacer y probablemente sabría cómo solucionarlo.

—Color cobre, casi negro. Con pequeños...

—Coágulos de color negro, ¿no es así? —completó Reynolds. Felix asintió con la cabeza, olvidando por un momento, debido a la sorpresa, que estaba hablando por teléfono.

—Ah, sí —respondió, una vez se dio cuenta de la tontería que estaba haciendo. Al otro lado del teléfono, Reynolds murmuró algo, tan bajo que el chico no pudo escucharle. Probablemente simplemente hablaba para sus adentros.

—De acuerdo, Felix. Dime tu posición —pidió el director, de vuelta a su tono de voz normal.

—Estamos muy cerca del dormitorio. Dando vuelta a la izquierda y calle abajo —de pronto, una pregunta pasó por la cabeza de Felix: “¿Si peleamos fuera de la zona, el resto no debió habernos escuchado?”. No obstante, decidió ahorrarse las preguntas, puesto que la situación era muy seria.

—De acuerdo. Le diré a James y a Ethan que vayan y os apoyen. Yo llegaré en un poco después. Tengo que llamar al doctor...

—¡Ah, señor, espere! —le gritó Felix al teléfono, creyendo que el director estaba a punto de colgar—. ¡Hay una cosa más!

—Adelante, entonces —apremió Reynolds.

Felix tragó saliva. Incluso si la imponente figura del director no se alzaba frente a él en esos momentos, se sentía nervioso con el simple hecho de escuchar su voz. Y no era porque el director le asustara, ni mucho menos (aunque, por supuesto, seguía considerándolo una autoridad). En realidad, lo que le inquietaba las consecuencias que podrían acarraer las acciones que el Project Psique había tomado.

Felix se sentía bastante estúpido por ello. A pesar de que él se había prometido, desde que se unió al equipo, mantener la cabeza fría en todo momento, había perdido la compostura en una situación crítica. Esta vez no había evaluado el entorno ni las posibilidades de victoria de cada plan, y eso le había costado bastante caro. Había reaccionado a los ataques de Vince como un animal. De hecho, si uno se ponía a pensarlo, Felix no había sido tan diferente al Vince Corrompido.

Si se hubiera detenido a pensar por un segundo siquiera, se habría dado cuenta que era necesario entrar a La Zona antes de llevar a cabo cualquier acción. Si se hubiera detenido a pensar...

—Cometimos un gran error, señor... —explicó Felix, lentamente. No sabía por qué, pero creía que si no se apresuraba al hablar y explicaba todo con detenimiento, Reynolds no se enfadaría tanto—. Nos expusimos, peleamos fuera de la Zona. Actuamos de una manera estúpida y temeraria —Reynolds continuaba en silencio, sin replicar absolutamente nada, por lo que el chico continuó hablando—: Respondimos a los ataques de Vince sin ponernos a razonar un poco, sin hacer ningún plan o...

—Felix...

—¡Lo lamento! ¡He fallado como...!

—¡Felix! —cortó el director. El chico, apenado, guardó silencio de inmediato—. Está bien, Felix. Un equipo especial se encargará de encubríos o desviar la atención de vosotros. Está bien, porque hoy no es vuestra culpa. Hoy no habéis hecho nada malo. Hoy no habrá consecuencias.

Desde que había empezado el día, Felix no se había sentido aliviado en ningún momento. Por lo menos, no hasta que el director le había dicho esas palabras.

Todo iba a estar bien. Curarían a Vince, porque no era la primera vez que sucedía algo así. Sus poderes no quedarían expuestos, porque el equipo especial se encargaría de borrar cada rastro. A Mike ya no le castigarían, porque toda la atención se centraría en el ataque de la Sangre Corrompida. Tal vez, aunque era una posibilidad ínfima, el Project Psique recibiría una recompensa por haber detenido a una amenaza como esa.

Felix se despidió del director y cortó la llamada. Tras agradecerle a Sammy, le devolvió el teléfono y se sentó en el suelo a esperar. Por suerte, la calle contigua al instituto no era muy transitada a esas horas. Ya estaba a punto de oscurecer, así que era imposible que en el colegio hubiera a alguien a quien recoger. Seguramente podría darse cuenta si alguien caminaba por allí al escuchar sus pasos, así que se sentó de espaldas a donde estaba el dormitorio para tener vigilado a Vince.

No pasaron más de cinco minutos cuando Felix giró su cabeza en respuesta a los pasos que se aproximaban. Para su sorpresa, Mike, Michelle y Sammy se habían puesto de pie. Aunque un poco extrañado por su actitud, el chico decidió imitarlos. Cuando vio a James y a Ethan acercarse, caminando por la calle destruida, no supo si decepcionarse o alegrarse.

Samantha pidió ser aquella que explicara la situación. Dejando la guadaña en el suelo, se dirigió hasta donde su hermano y su líder se habían detenido. No obstante, James agitó la mano como quien espanta a una mosca, pidiéndole a Sammy que regresara. Cuando la chica se giró, Felix pudo notar en sus ojos que el gesto de James la había lastimado.

—Tú serás quien me lo explique —comenzó James, señalando a su “víctima” con el dedo índice, como para ilustrar la orden que acababa de dar—: Johnson.

Mike tragó saliva cuando el líder le señaló. No obstante, era su responsabilidad como miembro, aunque por otro lado también quería demostrarle a James que sin duda era un compañero responsable y confiable cuando la situación lo ameritaba. El chico cerró sus puños como para controlarse a sí mismo y caminó, esta vez sin ayuda de nadie, hasta quedar frente a su líder.

—Entonces permíteme explicar la situación actual. Vince se encuentra inconsciente y con una herida en la vena yugular, la cual aparentemente ya ha coagulado gracias a lo mismo que nos ha atacado, sangre cobriza con coágulos a la que hemos denominado Sangre Corrompida.

—¿Quién atacó primero?

—¿Acaso no es obvio? Una vez salimos del dormitorio por cierta orden de cierta persona (un poco ridícula, dicho sea de paso) —James respondió a la indirecta una sonrisa exagerada y sarcástica durante unos segundos antes de volver a borrar toda expresión de su rostro de nuevo—, bueno, podríamos decir que Vince enloqueció sin razón alguna.

—¿Y cuáles fueron las acciones que tomaste, Johnson? —inquirió James, mirándole profundamente con su único ojo visible, como si fulminándole pudiera obtener todas las respuestas.

—Naturalmente, hice lo posible por defenderme a mí y a mis dos compañeros. Aunque debo admitir que Felix hizo gran parte del trabajo y Sammy tiene el crédito...

—No pregunte por Flynn ni por Samantha —cortó James. Mike chasqueó la lengua y sacó algunas chispillas por los dedos—. ¿Puedes ver el daño que has ocasionado, Johnson? El equipo especial tendrá dificultades para cubrir todo esto.

—¿Qué? —intervino Michelle, de pronto—. ¡Mike no hizo esto! ¡Fue Vince quien destrozó la calle!

—Explica las marcas de quemadura, entonces —retó el líder—. ¿Acaso si un poseedor es contaminado controla un Psique alternativo? ¿O es que Vince nos ocultaba su talento como tragafuego? ¿Tal vez...?

—¡James, éste no eres tú! ¿Qué pasa? —interrumpió Sammy, interponiéndose entre James y Mike con los brazos abiertos.

—¿Es así como el líder se comporta? —atacó Michelle, mientras le sujetaba un brazo. No obstante, James parecía hacer caso omiso a las chicas, pues continuaba gritándole a Mike:

—¡Has roto las reglas dos veces hoy! ¿¡No te ordené que te abstuvieras de usar tu Psique!? —vociferó James, haciendo exagerados ademanes con su brazo libre y pisoteando el suelo con una fuerza tremenda.

—T-tranquilo, só-sólo ha-a sido... —intentaba defenderse Mike, quien no podía ocultar sus nervios. Gotas de sudor perlaban su frente y colgaban de su cabello; le faltaba el aire y la lengua se le hacía un nudo en cada frase. Felix se preguntó si había reaccionado de la misma manera la primera vez que James le regañó. ¿Realmente le temían tanto?

—¡Recuerda que usaste tus habilidades para beneficio propio! —interrumpió James, con el rostro desencajado. Una niebla negra rodeaba sus puños y su ojos habían pasado del color verde esmeralda al color de la obsidiana. Asustadas, Michelle y Samantha retrocedieron.

—Fu-fue sólo un poco... Entramos a-a-a la zona para llegar a...

—¡Idiota! —le insultó, apuntándole con el índice y fulminándole con la mirada—. ¡Por suerte ya ha pasado bastante tiempo desde esta mañana y os habéis recuperado lo suficiente para luchar! ¿¡Pero qué habrías hecho si se hubiese requerido tu Psique justo en ese momento y hubieras gastado ya valiosos minutos de exploración!?

—¡Pero no pasó! —respondió Mike, cambiando de pronto los nervios por furia. Parecía como si un interruptor se hubiera activado súbitamente en su interior, porque su actitud cambió por completo. Sus dedos comenzaron a producir fuego, pero sin llegar a envolver sus puños como solía hacerlo en batalla.

—¡No se trata de qué pasó, se trata de qué podía haber pasado!

—¿Ah, sí? Tú esta mañana pudiste haber tirado accidentalmente a alguien por las escaleras, ¿¡pero no lo hiciste, a que no!?

—Ah, pero hay una diferencia... ¡Yo no planeé tirar a nadie, mientras que tú tenías bien clara la idea de robar tecnología experimental de la bodega prohibida!

—¿¡Y cuál es el punto!? ¡A fin de cuentas no...!

—¡Y además de eso, arrastraste a otros tres miembros en esto! —cortó James, mientras señalaba a Felix, sin mirarlo, con el puño—. ¡Yo ya estoy harto de tu inmaduro comportamiento! ¡Déjate de jugar al héroe de una vez! —Mike retrocedió, como si las palabras de James le hubieran herido de verdad—. ¡Esto no es un videojuego, esto no es una película, esto no es una tira cómica! ¡Es la vida real, Mike! ¡Debes aprender que no estás para lucirte!

La calle se vio cubierta por un incómodo silencio. Mike se había quedado congelado en su sitio, con una mueca que unía miedo, incredulidad y dolor en una sola expresión. James intentaba recuperar su aliento, ya que aparentemente su arrebato de furia le había costado cierto esfuerzo. Por otro lado, Felix, Michelle, Ethan y Samantha estaban callados por el simple hecho de que no sabían cómo reaccionar: un mal paso y terminarían echando más leña al fuego.

Pero había algo que no cuadraba. Felix sabía que algo desentonaba en esa escena, ¿pero qué era? ¿Qué era tan distintivo, pero al mismo tiempo tan insignificante, que en su ausencia la sala se había llenado con un aire de perturbación? O por el contrario, ¿qué era aquello tan diminuto que, aún si parecía invisible, venía sobrando?

Tardó unos instantes en darse cuenta: Ethan sonreía. Pero no era una sonrisa cualquiera (aunque cualquier muestra de sentimientos por parte del rubio ya era un acontecimiento histórico de por sí). No; ésta era una sonrisa de satisfacción. ¿Por qué disfrutaba tanto?

—Jugar al héroe, ¿no? —murmuró Mike, con la cabeza gacha. Su cabello quebrado, ahora caído por el sudor, cubría gran parte de la sombría expresión de su rostro, pero incluso así Felix intuyó que estaba muy herido—. Yo... yo... sí, tal vez eso es lo que he estado haciendo...

Felix tenía poco menos de un mes de conocerlo, pero jamás había visto a Mike afectado. Su estado natural era hacer desorden allí donde pisara, romper reglas, llamar la atención y ser el protagonista. Gente como ésa solía desagradarle a Felix en el pasado. Pero Mike había sido diferente a los demás, aunque no podría decir en qué. ¿Tal vez porque fue el primero en hablarle, porque le trató bien a pesar de su aspecto andrajoso? ¿Tal vez porque habían luchado juntos tanto tiempo, haciendo purgas y entrenando a diaro?

No sabía por qué, pero Mike se había convertido en su mejor amigo. Y se sentía pésimo por haberle gritado. Armándose de valor, Felix imitó la acción que Samantha había tomado antes y se plantó entre James y Mike con los brazos abiertos, dándole la cara al primero y fulminándolo con la mirada.

—Los héroes tienen una razón para pelear —le defendió el chico—. Siempre. Y estoy seguro que la de Mike va más allá de ser la estrella del show. Incluso si no quiere o no puede decírnosla, estoy seguro que hay algo que lo impulsa—. Felix giró su cabeza hacia su amigo—. ¿No es así, pareja?

James soltó una risita orgullosa por lo bajo. Ni siquiera miraba a Felix, sino que tenía los ojos cerrados, como si la situación no le importara en lo más mínimo. Eso lo enfureció.

—¡Es mejor que ser la herramienta de papi! —vociferó.

James enloqueció. Su rostro se desencajó de pronto y una niebla oscura envolvió los ojos de Felix, cegándolo por completo. Un gancho se estrelló en su estómago y otro le golpeó de lleno en la mejilla. Intentó cubrirse, pero a oscuras era en vano. También intentó apartar la venda de oscuridad con la mano, pero sólo se arremolinó un poco.Sólo había una oportunidad...

Sopló con su Psique hacia arriba lo más fuerte que pudo y la niebla se disipó. Afortunadamente, ésta parecía ser afectada por otro Psique. Sin perder ni un segundo, inmovilizó a James del cuello con su mano izquierda y le dio una fuerte bofetada con la otra una vez le tuvo atrapado.

—Michelle, átalo —ordenó Felix, sin soltarlo todavía. James se esforzaba por soltarse al patalear y dando golpes, pero F sabía que era imposible que escapara si apretaba con suficiente fuerza. Y no tendría que preocuparse por su Psique, puesto que era completamente inofensivo. Por otra parte...

—¿Qué? ¡No voy a hacer eso! —se negó Michelle—. ¡Explícate!

Felix le levantó el flequillo a James de un tirón, mostrando que su ojo izquierdo había tomado una tonalidad amarilla. No obstante, su ojo derecho seguía siendo negro (aunque el efecto del Psique se estaba pasando y podía notarse un leve brillo verde).

—Está infectado —dijo simplemente. James dejó de resistirse de pronto y Felix notó que sus pupilas se hacían pequeñas de pronto. Al notar que se encontraba aterrado, el chico decidió soltarle. Sin embargo, apenas dejó ir a su compañero, éste se desplomó y quedó sentado, en shock, en el pavimento.

Lo había estado pensando desde que James había comenzado a gritar. Si Vince había sido afectado, ¿no era posible que otro miembro lo estuviera también? Era cierto, no obstante, que el líder no había dado razones para pensar que estaba infectado, puesto que no había balbuceado y aún podía razonar un poco. Y sin embargo, en un movimiento brusco, el flequillo de James se movió un poco y Felix creyó ver un destello amarillo por un segundo.

—No... es cierto... —balbuceó el líder, mientras pasaba su temblante mano alrededor de su ojo izquierdo.

—Está bien... —dijo Felix, con un tono de voz consolador, mientras se ponía de cuclillas frente a él y le ponía la mano en el hombro—. No estás tan afectado como Vince y el equipo especial ya viene para acá. Seguro que lo solucionarán.

—¿Lo ato, entonces? —preguntó Michelle, sosteniendo una esfera de agua—. Tengo atado a Vince, también. No sé si pueda si ambos atacan...

Felix le otorgó el permiso a su amiga al simplemente asentir con la cabeza. James no puso resistencia alguna y dejó que las cadenas líquidas de Michelle envolvieran sus muñecas y tobillos, inmovilizándole los brazos e impidiendo que se pusiera de pie. La chica, sin embargo, repitió que sería incapaz de mantener a James y a Vince bajo control si ambos llegaban a atacar al mismo tiempo, por lo que Mike, para la sorpresa de Felix, dijo:

—Yo lo vigilaré.

—Bien —aceptó Felix—. Sólo tenemos que esperar al director y al equipo especial, entonces.

Una vez más, Felix se sentó en el suelo, al igual que sus compañeros. No sabía de dónde vendría dicho equipo especial, pero estaba seguro que, por más poderoso que fuese, tardaría un rato. Durante el tiempo de espera, el chico se entretuvo pensando en alguna historia para explicarle a cualquier conductor o transeúnte que llegara a pasar por allí.

—Sí, señor, una tubería ha reventado —se justificaba Felix, esforzándose para que el conductor imaginario le creyera a pesar de que su aspecto no transmitía mucha confianza—. La presión ha roto el asfalto. Sí, lo lamentamos, pero el paso por aquí estará prohibido hasta dentro de dos días.

Felix recordó que era de esa manera como el director había explicado el boquete creado durante la batalla contra Nebiros. Simplemente, los plomeros habían hecho su trabajo y habían abierto la cancha para llegar hasta donde la tubería se había roto. Sorprendentemente, incluso cuando nadie vio a ningun plomero o tubería, el alumnado terminó creyéndoselo.

—Sí, efectivamente, se ha tratado de una burbuja de Gesundheit, madam —le decía Felix a la anciana que regresaba de hacer la compra y se encontraba con su calle destruída—. Muy comunes en las costas. ¿Que jamás en sus 87 años de vida ha visto uno? Bueno, pero sí son muy comunes, claro que sí.

Felix no tenía mucho conocimiento sobre alemán o burbujas de aire en las costas, pero estaba seguro de que el 90% de los individuos norteamericanos se creerían su explicación sin rechistar ni un poco. Ya lo hacían con los políticos, después de todo...

—¿Alguna vez has oído de Cthulhu, tío? Es todo culpa suya, viejo, de verdad. Ha llegado, tío, ha llegado.

Felix sacudió la cabeza. Tras varios intentos, y después de un encuentro imaginario con un punk adicto, sus explicaciones comenzaban a hacerse más y más descabelladas. Aun así, estuvo seguro de ser capaz de arreglárselas. Bueno, si de adaptarse a la situación se trataba, algunas de esas descabelladas ideas podían servir si se encontraba con un alcohólico, un friki o alguien bastante drogado.


—Felix, estás a cargo de explicar la situación —dijo James, de pronto. El chico se sobresaltó un poco al escuchar su voz. Después de todo, finalmente había oscurecido y Vince podía haber despertado en cualquier momento, por lo que F se había puesto un poco nervioso.

—S-sí —balbuceó.

—Te lo digo para que te prepares —aclaró James—. Enfócate en lo que hay al frente. Allí vienen.

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Also, hice una imagen mostrando a todos los personajes que son miembros del Project Psique o que han influido de alguna manera en él.



Sí, he tachado los "spoilers". Aunque el título de la parte de abajo no lo diga así (por cierto, lo voy arreglar, que ha quedado feísimo), todos serán mostrados al final de la primer temporada. 

De hecho, uno de ellos aparecerá en el 17-2, así que no os lo vayáis a perder :D

PD: Si alguien sigue leyendo esto, manifiéstese con un comentario.


1 comentario:

  1. Y tras una larga espera continuas :) Fantástico, como siempre. Aunque admito que me sorprendió que James también estuviera infectado. Por lo que veo afecta a la personalidad del Psyquer. Me pregunto ¿Ethan estará afectado también?

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