lunes, 11 de julio de 2011

Capítulo 18 - Jacqueline (Parte 1)

 Capítulo 18

Jacqueline


Jacqueline resultó ser bastante amable. Probablemente porque debía tratar con personas frecuentemente, debido a la rama de encubrimiento a la que pertenecía. Por ejemplo, ella misma había borrado la memoria a los dos únicos vecinos que habían visto todo y habían llamado aterrados al departamento de policía, donde, por supuesto, tomaron todo eso como una broma planeada por parte de dos buenos amigos. Ése era su talento más usado por parte del equipo: “edición” de memorias.

En resumidas cuentas y como posteriormente explicaría, Jacqueline tenía la maravillosa capacidad de modificar los recuerdos de la persona con quien hacía contacto. Su talento tenía resultados muy diferentes al de los revólveres que el Project Psique usaba para borrar la memoria, los cuales simplemente provocaban que el blanco olvidara lo ocurrido en los últimos quince minutos por cada disparo. El poder de la chica al parecer no conocía límites: podía borrar, añadir o reemplazar situaciones, personas, acciones o sensaciones de la memoria del individuo. Era por eso que su poder era indispensable para la rama de encubrimiento.

—¿Psique de Espíritu? —repitió Felix, mientras correspondía inconscientemente al apretón de manos de Jacqueline sin realmente prestarle atención. Ésta, junto con su mirada, estaba realmente enfocada en la persona más conocedora y confiable que se encontraba presente en esos momentos: Ethan.

Por lo que podía verse en la escena, James seguía indispuesto y el director Reynolds había abandonado su puesto. Además, la mujer pelirroja, Lauren, junto con su acompañante, también habían desaparecido, seguramente llevándose a Mike con ellos. Es decir que Felix sólo estaba siendo observado por Jacqueline, Ethan, Michelle, Samantha y un desconocido que aparentaba ser un médico.

—Creí que Mike te lo había explicado en tu primer día —contestó el rubio, levantando una ceja y dirigiéndole una sonrisa burlona a Felix, como mofándose de su ignorancia. El chico casi pudo leer en sus ojos “¿En serio? Llevas tres semanas aquí”.
—Mencionó el Psique de Memoria y que sus poseedores estaban esclavizados rellenando revólveres durante toda su vida. Ah, y que una vez hubo un caso raro de voluntad.

Jacqueline dejó escapar una risita, para posteriormente cubrirse la boca arrepentida. Felix olvidó los modales por un segundo y la apuñaló con los ojos, a la par que bufaba y comenzaba a ponerse de pie.

—¿Raro? —repitió Ethan—. Eso es absurdo. Un Psique de Espíritu puede hacer las dos cosas. Jacqueline puede hacer las dos cosas.

—Bueno, disculpa por no saber todo —se defendió Felix de una manera claramente sarcástica. La tierra que estaba sacudiendo de su pantalón merecía más respeto que Ethan, en su opinión.

—Pero F... —murmuró Michelle, cabizbaja. Por lo que podía notarse, se había puesto bastante nerviosa: se frotaba las manos una y otra vez, no levantaba la vista de la punta de sus zapatos y estaba tan ruborizada que era notable incluso en la oscuridad. Claramente, era debido a la presencia de Jacqueline (o tal vez... ¿el hecho de que ésta había entrado en la mente de Felix)—. Creí que habías hecho preguntas en tu primer día.

F gruñó por lo bajo. ¿Seguía siendo el novato, entonces? ¿Incluso a pesar de haber sido elegido como líder de campo? Cada vez que preguntaba algo, se sentía ridiculizado.

—C-C-Como sea —balbuceó, moviendo su mano como para sacudir la exposición por parte de Michelle—. No me creo que esta... em... ¿Jacqueline? —la chica lo confirmó con un movimiento de cabeza y una sonrisa— Sí, no creo que Jacqueline haya entrado a mi mente así como así.

Aparentemente, la chica se lo tomó como un insulto. Pensando en retrospectiva, Felix notó que había sido un poco duro. Después de todo, él se sentiría mal si alguien le dijera que su daga de viento era producto de un ventilador. Jacqueline confirmó las sospechas de Felix cuando infló los mofletes, lo cual le dio una apariencia ridículamente infantil, y habló rápidamente:

—¿Cómo está Kyle? ¿Pasó su examen a la universidad? ¿Y qué tal Lily; al final sí se presentará como modelo? Tu amigo de Seattle, Donald, ¿lo has agregado al...?

—¡Ya, ya vale! ¡Entiendo! —cortó Felix, asustado por la posibilidad de que la poseedora terminara diciendo algo que no le gustaría revelar.

—Mi Psique es especial —añadió orgullosa, con una sonrisa de oreja a oreja—. De cada veinte poseedores, uno consigue el Psique de Espíritu.

—Eso es como... un poseedor cada cinco años —explicó Samantha, por lo bajo.

—¡Nuestra habilidad consiste en conectar con la mente de otro! —exclamó la chica. A juzgar por su emocionado tono de voz y su sonrisa de oreja a oreja, era evidente que mostrarle su poder a otros la hacía sentirse orgullosa e importante.

—Me has leído la mente, supongo... —acusó Felix.

—Por encima —aclaró Jacqueline—. Aunque... puede que haya visto una o dos cosas... —Felix se sonrojó, a la par que por su mente pasaban decenas de posibilidades—. ¡Pero no importa, mi boca es...!

—No importa —interrumpió F, alzando la mano para callarla. Se sintió como un cabrón, pero quería información sobre todo. Jacqueline obedeció—. Dime sobre tus habilidades.

—Umm... Leer los pensamientos —mientras comenzaba a enlistar sus poderes, fue levantando los dedos, uno a uno, para ilustrarse—, moldear la voluntad, interactuar con los recuerdos, telepatía de un solo sentido...

Felix no estaba seguro de que todo ello se tratara de la mente. Es decir, era obvio que todo eso estaba relacionado con el cerebro, pero F estaba seguro que los poderes de Jacqueline iban más allá. Si decía la verdad, lo había liberado de la locura proveniente de la Sangre Corrompida, algo que sin duda lo habría convertido en un segundo Vince si la chica no hubiera ayudado.

En un principio, había estado demasiado asustado para darse cuenta. El AntiFelix había sido una presencia aterradora, temible e imponente, por lo cual la mente del chico se había nublado con miedo. Pero recordándolo con atención, cuando escuchó la voz de Jacqueline sintió la tranquilidad que transmitía. No se sintió tranquilo, pero sintió la tranquilidad. Era difícil, sino imposible, de explicar. La chica había sido tan reconfortante como un cálido abrazo que se esforzaba por liberarlo de las malignas garras de la demencia del doppelgänger.

De una u otra manera, Jacqueline había tocado su alma.

—Bueno, no importa —continuó Felix, restándole importancia al asunto. Esto pareció ofender a Jacqueline, pero el chico en realidad no se dio cuenta. De hecho, ni siquiera estaba mirando a su salvadora, sino que giraba su cabeza de un lado a otro.

La calle parecía estar más concurrida, aunque realmente no era así. Era simplemente debido a que las furgonetas del equipo de encubrimiento tenían los faros encendidos, además de tener varias luces auxiliares puestas también. El lugar parecía más vivo por la iluminación y las personas sentadas en sillas plegables. Todos estaban monitoreando gráficas, midiendo niveles de cosas y escuchando “beeps”; desde la perspectiva de Felix, por lo menos.

A la derecha, alguien había colocando dos camillas plegables, rodeadas por diversos aparatos médicos de monitoreo o de soporte vital. En una de ellas descansaba Vince, todavía inconsciente, con vendas en sus heridas. En la otra estaba James, conectado a dos sueros y a un monitor que mostraba tres gráficos que Felix desconocía, con las manos en el estómago y los ojos abiertos, mirando serenamente al cielo nocturno.

—¿Qué ha pasado con Mike? —preguntó Felix, dirigiendo su pregunta a Jacqueline, puesto que creía que era sería la más indicada para responderla.

—Por allí —señaló con el dedo a un pequeño grupo de personas sentadas en media luna. Enfocando la vista, Felix pudo distinguir a Mike entre Lauren y su compañero, y al Director Reynolds. Los únicos que los acompañaban eran otros dos desconocidos del equipo de encubrimiento.

—¿Le están entrevistando en mi lugar? —teorizó Felix, al ver cómo todos los presentes lo observaban con cierto brillo de expectación en los ojos.

—Hmm... No, en realidad no —contestó Jacqueline, sin darle mucha importancia. De hecho, ni siquiera se dignó a mirar a Felix, sino que mantuvo su vista donde Mike—. Están pensando en su castigo.

Felix sintió como si de pronto le hubieran metido cubos de hielo en la ropa.

—¿¡Qué!? —gritó, provocando que los miembros del equipo especial que más cercanos estaban se giraran a verle. Debido a esto y a que todavía no tenía los pensamientos bien ordenados, se sintió bastante nervioso. Pese a esto, se esforzó por transmitir lo que sentía—: ¡Pero pensé que...! ¡...el castigo no...! ¡...Mike no tiene...! ¡...sólo fue un...!

—Lo sé —dijo Jacqueline, tajante y consoladora al mismo tiempo—. Lo he visto. Pero te aseguro que nadie quiere esto...

—¿¡Entonces quién fue el que--!? —Felix se detuvo de pronto cuando vio a Jacqueline darse súbitamente una media vuelta y lanzarse hacia él. La chica lo tomó delicadamente del rostro con ambas manos y acercó el de ella todavía más.

—¿¡Qué estáis haciendo!? —chilló Samantha, mirando a los dos con los ojos como dos platos.

—¡E-Eso no-no es correcto! —exclamó simultáneamente Michelle, bajando la mirada hacia el suelo para que no pudiesen ver lo ruborizada que estaba.

Pero las chicas habían malinterpretado muy pronto. Lo que Jacqueline hizo en realidad fue juntar su frente con la de Felix, como si estuviese midiéndole una fiebre.

—Con tu permiso... —murmuró. Y sin esperar palabra alguna del sorprendido muchacho, cerró sus ojos. Felix apenas logró ver la marca de Jacqueline brillar antes de que una ola de imágenes, sonidos y sensaciones se apresurara a llenar su mente.

E inexplicablemente, Felix Flynn se había convertido en Jacqueline Reese.

2 comentarios:

  1. ¿Se había convertido en Jacqueline? O.O ¿Felix? ¿Fisicamente o psiquicamente? Madre mía, estoy deseando ver el próximo capítulo.

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  2. Woo, es interesante el psique de Jacqueline :O Me da la sensación de que este personaje será clave para según qué circunstancias.
    Tengo curiosidad por saber que clase de información está viendo Felix~

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